8 de febrero de 2012

Nadie le abre la puerta pero entra igual, el miedo se instala en nuestra vida y nos tiñe los ojos de desconfianza.
Hay muchos miedos, miedo al peligro, a lo diferentea lo desconocido, pero quizás todos los miedos se junten en uno, el más grande, el temor a no ser querido.
Allí está dormida sobre el alma, la sospecha, al acecho espera el momento oportuno para despertar. Solo necesita de un corazón inseguro para sembrar el horizonte de desiertos, y ahí se encuentra su aliado, el miedo, quien le abre la puerta, y una vez que ella se instala, la paz, se vuelve un
imposible.

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